El contexto internacional juega un papel fundamental, pues a pesar de que el movimiento estudiantil y el Movice toman como precedentes movimientos y movilizaciones a lo largo del mundo, el marco de referencia es muy diferente. El movimiento estudiantil del 89, tal como lo dice Lemaitre (2009), surge “en el mismo año increíble en que otros estudiantes estaban arrancando el muro de Berlín, los estudiantes arrancarían los “muros de papel” que no los dejaban respirar.” Por otra parte, el Movice, toma un contexto más regional como precedente, pues toman las movilizaciones que surgieron en la década de los 90, en países como Argentina, Chile, Bolivia, el Salvador y Guatemala en los cuales se hablaba de la reivindicación de la verdad histórica como respuesta a la violación sistemática de los derechos humanos perpetrada por el Estado.
Otra diferencia fundamental, es que el Movice también toma como antecedentes proyectos que surgieron con anterioridad en el país, tal como el proyecto Colombia Nunca Más, el cual era impulsado por varias organizaciones de Derechos humanos en el 96. Así como también las organizaciones sociales que surgieron como fuente para la búsqueda de la no impunidad (Olarte, 2008, p.17). Sin embargo, en el caso del movimiento estudiantil, no se tenía en sí una base nacional clara de la cual pudieran partir para organizarse. Más allá de replicar movilizaciones; como la marcha del silencio, la cual fue une realizada tomando como precedente la marcha del 1948 convocada por Jorge Eliecer Gaitán; o el establecer como meta una idea que ya antes se había tomado en cuenta; el presidente Barco ya había hablado sobre una constituyente; el movimiento estudiantil no tenía unas organizaciones o movilizaciones que le sirvieran como un antecedente o como una base para iniciar el movimiento.