En primera instancia, se asemejan en que legitiman al Estado. Es decir, aunque ambos cuentan con reivindicaciones que se encuentran centradas en la reforma institucional, utilizan en su mayoría herramientas institucionales para lograr su cometido. Los estudiantes del 89 plantearon la idea de una asamblea constituyente y el Movice proyectos de ley y otro tipo de acciones legales como la tutela.
Además, ambos movimientos, aunque por razones distintas, surgen en cierta medida por fallas estatales y como respuesta a una violencia sistemática. Sin embargo, el grado de esta tensión varía entre los dos movimientos. En el caso del movimiento estudiantil, existía tensión con el Estado dado que, el mismo surge como un llamado de atención al Estado ante la incompetencia de este frente a la situación del país, así como también a la corrupción que este presentaba. Sin embargo, esta reivindicación (la de la constituyente) no era algo alejado de las pretensiones del gobierno de Virgilio Barco, por tal motivo, no se puede hablar completamente de que existiera una tensión fuerte entre el movimiento estudiantil y el Estado.
En cuanto al repertorio de acción, se asemejan en la medida que utilizan tanto elementos contestatarios como de institucionalización.